Nuestra patagonia es un escenario de conflictos territoriales entre las comunidades mapuche y los terratenientes desde hace mucho tiempo. Un operativo unificado ente nación y provincia desalojó violentamente a la Lof Wincul Mapu en Bariloche, dejando como saldo siete presas políticas. Las clases dominantes con sus medios de comunicación, intentan criminalizar y ensuciar la causa de los pueblos originarios para justificar la apropiación de sus tierras. En esta nota hacemos un recorrido histórico para entender el origen de este problema.

Mapuche significa “gente de la tierra” en mapudungun. El conflicto territorial de estas comunidades originarias con los terratenientes salió a la luz el año pasado, y el 4 de octubre de este año, un operativo unificado entre nación y provincia, desalojó violentamente a la Lof Wincul Mapu, en Villa Mascardi (Bariloche) dejando un saldo de siete presas políticas, de las cuales una estaba con un embarazo avanzado, y con niñes pequeños. Una de las presas es la «machi», autoridad espiritual del pueblo mapuche. La jueza a cargo de la causa, Silvina Domínguez, ordenó el 8 de octubre ante el repudio generalizado, la prisión domiciliaria de estas detenidas, que retornaron a Bariloche. En este operativo se vulneraron innumerable cantidad de derechos humanos, con una carencia de perspectiva de género. La represión fue repudiada en el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, llevado a cado el ultimo fin de semana, donde se decidió que la próxima sede sea Bariloche en solidaridad con el pueblo mapuche. También hubo un amplio rechazo de organizaciones sociales, políticas, y de derechos humanos de todo el país, provocando la renuncia de la ministra Elizabeth Gómez Alcorta.
Un problema con causas profundas
Esto no es un problema de ahora sino de hace mucho tiempo, y encuentra sus causas en el latifundio y la dependencia de nuestro país con los imperialismos. En 1880 la oligarquía terrateniente aliada con el imperialismo inglés y francés, necesitaba avanzar sobre los territorios de las cuatro
confederaciones indígenas (Levuco, Salinas Grande, Los Manzaneros, y la del Cacique Camba en el Chaco) que controlaban lo que hoy son ocho provincias del país (La Pampa, sur de Córdoba, centro sur de Bs.AS, San Luis, parte de Mendoza, Neuquén, Rio Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, norte de Santa Fe, Chaco y Formosa). La pampa húmeda debía ser usurpada para el avance del latifundio vacuno y el cultivo de trigo, fundando pueblos para hacer cotizar esa tierra con la llegada del ferrocarril inglés y el francés. De este modo sobre un territorio muy poblado de comunidades originarias preexistentes al
Estado argentino con derechos legítimos de posesión comunitaria, se avanzó a sangre y fuego en la llamada “Campaña del desierto” dirigida por Argentino Roca y Benjamín Victorica, concretándose un terrible genocidio entre 1879 y 1880. Los ancestros mapuche, tehuelche y rankulche fueron masacrados, esclavizados, y las familias desmembradas. Mujeres, niños, ancianos, fueron expulsados al sur. En la
patagonia, con el dolor ante tanta muerte, con la pobreza y la discriminación, el pueblo mapuche atravesó una nueva organización comunitaria en armonía con la naturaleza.

Desalojo y resistencia
Pasaron más de cien años de aquel genocidio pero hace un tiempo, distintos imperialismos, monopolios, terratenientes como Benetton, banqueros internacionales y nacionales, pusieron la mira en la patagonia por la riqueza de sus recursos naturales. Empezaron a desmontar bosques para la soja a apropiarse de grandes estancias, compraron cerros, ríos y lagos. Los negocios inmobiliarios necesitaban seguir apropiándose de tierras públicas y lo hicieron a través de coimas y corrupción, como el caso de las más de 3.000.000 has de Rio Negro, donde viven muchísimas comunidades con papeles concedidos hace cien
años por el Estado. En estas tierras ancestrales, se criaron familias sobrevivientes de la brutal campaña del desierto. Un ejemplo vivo es la Comunidad Paichil Antriao en la Angostura.
Los desalojos comenzaron en todo el país pero también la lucha y la resistencia ante esto. Al cumplirse cinco siglos de la invasión española en 1992, se generaron aproximadamente 600 conflictos abiertos sobre todo en la cordillera, Neuquén, Rio Negro, Chubut, La Rioja, Catamarca, y otras provincias.
La lucha impidió que se instalen minas en Esquel, en el norte de Neuquén, etc. Esto fue obligando a que se diera un nuevo salto jurídico y a parar los desalojos, los juicios y la criminalización. En 2006 se consigue la Ley 26.160 (que declara la emergencia en posesión y propiedad de la tierra por parte de la las comunidadesargentinas preexistentes) pero después de quince años el estado nacional solo ha
relevado el 50% de las tierras, y entregaron las carpetas a menos de un tercio de las más de 1700 comunidades con personería jurídica del INAI(Instituto Nacional de Asuntos Indígenas).
La patagonia en disputa
Hay una enorme disputa entre los imperialismos por el control de los recursos en Neuquén, Chubut, Rio Negro, por el petróleo, por Vaca Muerta y por las fuentes de agua pura. Lago Escondido es un ejemplo concreto de apropiación por un personero del imperialismo inglés, Lewis. Durante el kirchnerismo se entregó un territorio para una base de espionaje militar a China en Neuquén. En toda esta región hay comunidades originarias. En el gobierno de Macri hubo una gran ofensiva reaccionaria contra estas. En el sur fueron asesinados Santiago Maldonado y Rafael Nahuel en la represión dirigida por Patricia Bulrich. Pero la lucha de las naciones originarias, el repudio, la sensibilidad de la sociedad cerró el paso a la ofensiva reaccionaria y se logró dividir los bloques legislativos del macrismo en el 2017 y prorrogar la Ley 26160. En 2021 la ofensiva reaccionaria del macrismo se expresó en una campaña mediática racista y xenófoba, instrumentando hechos vandálicos, protagonizado por anónimos, servicios de inteligencia y un sector de originarios ultraminoritario que dan argumentos a los reaccionarios, quienes reflotaron la idea errada de que los mapuches son “invasores chilenos”. Una enorme falsedad, ya que el pueblo mapuche y su cultura, preexisten desde hace muchos años antes que se funde el Estado argentino y chileno. Esta operación se hace con el objetivo de profundizar la división que hay en la sociedad, y rivalizar a pueblos hermanos.
Exigimos:
¡Inmediata liberación de la mujeres detenidas!¡No a la criminalización de la protesta!
¡No al comando unificado que militariza la zona, promovido por el gobierno nacional y provincial!
¡No a la entrega de nuestras riquezas mineras y energéticas!
¡Fuera Lewis de Rio Negro y de la Argentina!