Por primera vez en la historia, el Encuentro Nacional de Mujeres que
se realiza hace 34 años, se dividió y hay dos convocatorias. Necesitamos
avanzar en saldar las diferencias y mantener unido este espacio único en el
mundo que nos ha permitido avanzar a todos el movimiento de mujeres y
feminista.

Pasaron dos años de pandemia en la que muchas de las actividades a
las que estábamos acostumbradas a participar tuvieron que suspenderse,
poniendo la emergencia sanitaria por delante. Una de ellas fue el Encuentro
Nacional de Mujeres que se realiza hace 34 años en nuestro país, la última vez
en la ciudad de La Plata en 2019 con más de 200 mil mujeres.
Estábamos muy contentas de que este año íbamos a poder reencontrarnos en
San Luis, la sede elegida para el 35 ENM, pero la comisión organizadora se
dividió y hoy hay dos convocatorias: una en noviembre y otra en octubre. Para
octubre se convoca al “34 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas,
travestis, trans y no binaries” porque quienes participan de esa asamblea
organizadora consideran que en La Plata se le cambió el nombre. En
noviembre se convoca al “34 Encuentro Nacional de Mujeres”, que defiende el
carácter y pilares históricos del encuentro.
Esta situación nos dejó a todo el movimiento en muy malas condiciones,
porque lo principal de los Encuentros ha sido que hemos podido estar todas
unidas debatiendo nuestras diferencias en los talleres. En los encuentros
siempre hubo lugar para todas las mujeres y diversidades, sea cual sea nuestro
origen social, etnia, creencia religiosa, edad, etc. Siempre dijimos que “El
Encuentro Somos todas”.
Es importante reafirmar que en La Plata no se cambió el nombre porque no
fueron protagonistas de este debate todas las que participamos…pero hoy la
nominación se vuelve secundaria. Lo principal es la unidad, defendiendo el
carácter y garantizando la continuidad.
Que el Encuentro se divida es una derrota para todo nuestro movimiento. Por
eso hay que pelear por la unidad. Que las compañeras de San Luis puedan
armar una sola comisión organizadora y que seamos las mujeres y
diversidades las que debatamos las diferencias –incluído el nombre- en el
propio encuentro. No está bien que unas pocas definan por todas.
Los Pilares. Existen criterios imprescindibles y acordados entre todas con el fin
de garantizar que las mujeres a lo largo de cada año recorran el país, que el
encuentro se sostenga en el tiempo, y que tenga masiva y creciente
participación año tras año. Nosotras pensamos que la unidad tiene que ser en
base a sostener ese carácter fundamental…los pilares no se negocia.

 Autoconvocados. Cada año, en el lugar elegido como sede, se auto
convocan todas las que lo deseen para conformar la Comisión
Organizadora, desde donde participan a título individual. La comisión
organizadora se ocupa de organizar el encuentro, no toma posiciones
por ningún tema y las decisiones se toman por consenso. Hoy en la
asamblea del EPMLTTNB se vota, lo cual es una gran retroceso. En
necesario unirse manteniendo el espíritu de consenso.
 Autónomos y autofinanciados. La decisión de las mujeres de crear un
espacio independiente, va de la mano con NO aceptar ninguna
contribución económica que implique condicionamientos.
Comprobándose que nadie por fuera de la comisión organizadora pueda
influir ni direccionar los Encuentros.
 Pluralistas. Implica la multiplicación de participantes que garantizan la
abierta conformación de las comisiones organizadoras en cada lugar y a
su vez la amplia participación sin restricciones de las mujeres, a título
individual.
 Plurinacionales. Siempre en los encuentros participamos mujeres de
distintos orígenes étnico raciales, tanto migrantes como de los pueblos
originarios y quienes se reconocen parte de la nación Argentina.
 Democráticos y horizontales. Todas pueden hacer oír su voz. No
existen estructuras jerárquicas ni “personalidades”: Ninguna tiene la
palabra por encima de las otras. Los Encuentros no emiten resoluciones,
sino conclusiones, propias de cada taller de debate y no del conjunto del
encuentro.
 Federales. Refiere a la apertura de nuevos encuentros en TODAS las
provincias del interior del país. Amplía no sólo la cantidad, sino también
la calidad de la participación de las mujeres a lo largo y ancho del país.

Talleres. Los talleres son el corazón de los Encuentros. En estos participamos
todas. Son democráticos y horizontales y pluralistas. Rompen con lo que nos
acostumbran a ver, donde algunos hablan y otros solo escuchamos en silencio.
Los talleres son soberanos, lo que se discute pertenece solo a las mujeres que
participan del mismo. Tienen como modalidad el consenso, para garantizar que
todas podamos expresarnos, no se vota. Cada taller tiene una coordinadora,
que tiene la tarea de ordenar el debate y garantizar que todas las voces
puedan escucharse. Los talleres nos permiten descubrir que no estamos solas,
que podemos juntarnos para dejar de lado nuestros sufrimientos y cambiar la
realidad de nuestro país.
¿Por qué no se vota?
En el Encuentro todas las opiniones se confrontan para tratar de llegar a
acuerdos, de no ser posible, todas las opiniones merecen tener su lugar en la

redacción final del taller. Ya que la voz de la mujeres y diversidades es
invisibilizada todos los días y constantemente, aquí entendemos que ninguna
tiene que callar la voz de mujer. Y que todas las opiniones y posiciones ya sean
mayoritarias o minoritarias deben verse reflejadas. Esto hace a la amplitud de
los encuentros; la voz de una parte haría que ésa deje de participar por no
verse representada, siendo lo más rico que nos aporta el encuentro ese
intercambio de ideas entre mujeres tan distintas.

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