Este 2022, la Juventud Comunista Revolucionaria cumple 50 años, y
el próximo 14 de febrero se cumplen tres años del fallecimiento de quien fue el
secretario general del PCR, Otto Vargas. Su legado nos ilumina en este
aniversario y nos anima a seguir en la lucha por la revolución en Argentina.
Reproducimos una entrevista íntima de nuestra edición 247, que reflejan sus
primeros años de militancia.

Otto nació en 1929 en Choele Choel, un pueblo ubicado en el Valle Medio
del Río Negro. A los 7 años se mudó con su familia a otro pueblo cercano, Luis
Beltrán. En el seno de una familia que adhería a la República española, su
infancia transcurrió en una Patagonia a la que llegaban pocas noticias de las
huelgas que conmovían al país en 1936, pero donde se seguía de cerca la guerra
civil española y los inicios de la Segunda Guerra Mundial. “Mi padre era empleado
y quedó desempleado cuando la crisis, entonces estuvimos años con muchas
dificultades. Primero tuvimos que ir a Bahía Blanca a la casa de mis abuelos,
después volvió a tener trabajo mi padre y volvió al pueblo… Y recuerdo la miseria
de esos años que era muy grande, y que tal vez fue lo que más me impresionó o
me impregnó, desde el punto de vista político y social para el futuro.»

La decisión de afiliarse
“Yo espontáneamente me consideraba socialista”(…) “Me acuerdo que en Bahía
Blanca fundamos una biblioteca con compañeros que después supe que eran
socialistas, de la Juventud Socialista. No tenía militancia pero era socialista en
general, partidario de las ideas socialistas, pero espontáneamente (…) Después
cuando termino el secundario y vengo a la Capital Federal, iba a ingresar
inicialmente a la Escuela Náutica y no pude ingresar porque sorpresivamente
pusieron un examen de ingreso que no existía antes; era una forma de hacer
entrar a los acomodados. Yo vivía en una pensión, en la calle Defensa, que era
una pensión típica de esa época, porque todos los que vivían eran obreros,
vivíamos en piezas de cinco personas y el que no trabajaba en Bagley, trabajaba
en la Anglo, en Siam…” (…) “Un compañero de la pieza era un portuario,
paraguayo comunista que se dio cuenta de mis ideas en el momento en que todos
eran peronistas. Entonces él, cuando se iba a trabajar, me dejaba el semanario del
PC, Orientación, arriba de la mesa para que lo leyera. Y leyendo el diario del PC
encontré la dirección de la librería, y fui y compré, bueno, me atiborré de libros

(ríe) ‘El Estado y la Revolución’, libros de Marx, y como no pude ingresa a la
Escuela Náutica y tenía que decidir qué hacer, me llevé todos esos libros a Río
Negro. Cuando volví, volví con todas esas ideas en la cabeza, y fui a estudiar a La
Plata. En La Plata, en la pensión donde vivía había ya un fermento político en
todos nosotros. Había un muchacho trotskista(…) ejerció una influencia muy
grande porque lógicamente yo tenía una mezcla ideológica terrible: por un lado
simpatizaba con el socialismo y por otro era católico. Incluso a veces iba a misa
también. Entonces este muchacho(…), me ridiculizaba, ridiculizaba mis ideas
religiosas , me sometió a una educación ideológica violenta (risas) y me hizo
romper con todas esas cosas religiosas(….) Pero al mismo tiempo veía que él y
los amigos de él eran muy charlatanes y no hacían nada, ¿me explico? Y después
de mucho pensar, porque yo quería hacer algo, decidí irme a afiliar al PC. No
conocía a ningún comunista”.
CH: ¿Solo?
R: Solo. Fui yo a afiliarme. (…) No sabía nada de la política nacional, ni de la línea
del PC. Pero era comunista por lo que había leído. Incluso algunas obras que leí,
anticomunistas me hicieron más comunista (…) me di cuenta que la línea divisoria
en el mundo, la gran línea divisoria en el mundo pasaba por la URSS. Y sobre la
Revolución Rusa y el comunismo. (…) Pasaban los días y nadie me venía a ver.
Hasta que un día un compañero al que volví a encontrar después de muchísimos
años, me vino a ver y me incorporó a la militancia…El “Negro” Infante que luego
fue director de Radio Rivadavia y el diario El Mundo que era dirigente de la
Federación Juvenil Comunista (FJC) en la Facultad de Derecho. Yo estaba en
Derecho, me vino a ver, me incorporó y ahí empezó mi militancia.(…)”

Las Primeras Tareas
CH: ¿Y cómo empieza la militancia? Volanteás, abrís una célula…
O: Y a lo primero que salgo es a pintar, es decir pintar, volantear. En esa época no
había autonomía universitaria, así que la policía entraba directamente en la
universidad.” (…) “Mi primera tarea fue salir a pintar. Recuerdo que asesinaron a
dos compañeros: un grupo fascista asaltó un local del PC, el local del Comité
Central en la calle Viamonte y mataron a dos militantes, Albarracín y Redondo, y la
primera tarea que hago es salir a pintar toda la noche en repudio a ese crimen. Y
después, cada dos por tres íbamos presos. Recuerdo que en un período
relativamente breve caí como cinco o seis veces preso, estaba dos o tres días o
qué se yo: en la época del peronismo te aplicaban el Código de Faltas y te
pegaban algunos sopapos (…).
CH: ¿Cómo empezás a adquirir más responsabilidades?

O: “Pasé a ser secretario del círculo de Derecho, después viajé al Festival Mundial
de la Juventud en el año ’51, que se hizo en Berlín, y al regreso pasé a ser
responsable del sector universitario de La Plata, y al poco tiempo entré en el
Comité Central de la Juventud” (…)
Otto Vargas se sumó a la lucha por la revolución y el comunismo militando en el
Partido Comunista de Argentina. Luego ese partido se deformó y abandonó el
camino de la revolución por el que había nacido. Así fue como, con Otto Vargas a
la cabeza, un grupo de militantes de la Federación Juvenil Comunista decidieron
romper con la dirección traidora del PC y fundaron en 1968 el Partido Comunista
Revolucionario del que Otto fue secretario general hasta su fallecimiento en 2019.

¡Comunistas y revolucionarixs!
“Hoy, si nos preguntan si vale la pena luchar por el comunismo, les decimos –con
la misma fuerza y convicción con la que comenzamos esta lucha hace muchos
años– que sí, que no hay otro camino para lograr la liberación de los explotados y
oprimidos por el capitalismo, que la lucha por el comunismo. Lucha que será muy
larga y dura, pero que triunfará” Otto Vargas

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