La ESI, la ley de Educación Sexual Integral, cumplió el 4 de octubre, quince años desde su aprobación. Fue un avance muy importante que en las escuelas se pueda hablar de Educación Sexual Integral desde el nivel inicial, más allá de que hubo sectores que se opusieron y se oponen a esto. Pero a pesar de lo bueno, los casos de abuso y acoso sexual continúan saliendo a la luz, y las pibas ya no nos callamos más. Desde los centros de estudiantes nos organizamos y queremos poner sobre la mesa el tema del consentimiento.

Antes de mantener relaciones sexuales con otra/s persona/s, debemos saber si hay acuerdo. Es necesario que seamos honestxs sobre lo que deseamos hacer y lo que no. Consentir y pedir consentimiento es establecer nuestros límites personales y respetar los de los demás. Para que sea algo consensuado, ambas personas deben estar de acuerdo en tener relaciones sexuales todas y cada una de las veces. Sin consentimiento, la actividad sexual (incluido el sexo oral, tocar los genitales y la penetración vaginal o anal) es agresión sexual o violación.Esta decisión la tomamos sin presión, sin manipulación o sin la influencia de las drogas o el alcohol. Cuando se trata de sexo, debemos hacer las cosas que deseamos hacer, no lo que se espera que hagamos. Decir que sí a algo (como ir a besarse al dormitorio) no significa que aceptemos hacer otras cosas (como tener relaciones sexuales).Si alguien dice que usará un preservativo y luego no lo hace o se lo saca, no hubo consentimiento total. El consentimiento es reversible. Todos podemos cambiar de opinión sobre lo que deseamos hacer, en cualquier momento. Incluso si ya lo hicimos antes y ambos estamos desnudxs en la cama. Por eso cuidar y querer al otro, implica ser atentxs con lo que les pasa en el momento de la relación sexual. Si notamos alguna incomodidad, paramos, preguntamos y hablamos.
Ahora que si nos ven
La ESI puso sobre la mesa la necesidad de hablar de nuestros cuerpos, de nuestros deseos y de lo que no deseamos también. La necesidad de conocernos y aprender a conocer al otro. Pero en el aprender a hablar empiezan a destaparse miles de vivencias que atravesamos. Cuando alza la voz unx, nos empezamos a animar a hablar muchxs. Y eso incomoda, por eso hay quienes no quieren que se hable de ESI y por eso lxs estudiantes la hacemos propia y peleamos por su implementación. En muchos lugares los temas de ESI fueron el puntapié para la organización contra los casos de abuso, de violencia, de discriminación. Cientos de comisiones de la mujer e incluso centros de estudiantes se empezaron a formar como espacios de contención y organización a partir de que las pibas alzamos la voz ante situaciones que atravesamos muchas y ahora nos animamos a gritar porque no estamos solas.
# Recuadro Seguimos luchando por:
● Implementación de la ley de ESI en todos los niveles educativos
● Protocolos de abordaje integral de casos de violencia de género y/o discriminación
● Gabinetes psicopedagógicos capacitados.
