Villa Itatí: en una de las zonas más pobres afectadas por la pandemia, crece la organización popular

En un barrio del conurbano bonaerense, ahí donde no llegan todos los servicios básicos, donde mucha gente vive hacinada, en casillas de chapa y escasea el agua potable, las y los vecinos no se rinden ante el avance del coronavirus. El miedo no paraliza, porque a pesar de la preocupación que generaron los más de 100 casos confirmados, un grupo de jóvenes se propuso ponerse a la cabeza de la lucha contra la pandemia.

En Villa Itati, ubicada en el Oeste del municipio de Quilmes, frente a Villa Azul, que fue noticia en los últimos días, los últimos censos oficiales dicen que viven 15mil personas, pero los vecinos afirman que se triplicó la población en los últimos años, generando mayor hacinamiento y peores condiciones de vida. Allí funciona la Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario “Anavi”, de la CCC y el movimiento Ni Un Pibe Menos por la Droga.

Villa Itatí 3

Pato, una de las pibas que llevan adelante la CAAC y militante de la Juventud Comunista Revolucionaria, nos cuenta que la situación cambia todo el tiempo. “Al principio era más difícil porque algunas compañeras tenían miedo, pero después se fueron ganando. Hoy al comedor vienen todas, menos dos compañeras que ahora están aisladas porque son contactos estrechos de casos positivos. En estos días se anotaron 15 vecinas nuevas de voluntarias para ayudar en el comedor”.

Al contrario de lo que se podría pensar, llevar el día a día no es sencillo, pero los lazos de solidaridad y compañerismo fortalecen a cada uno y cada una. “Nosotros también tenemos miedo porque pensamos en nuestra familia; yo por ejemplo tengo seis hermanos, en mi casa me dicen que yo voy a llevar el virus, y me preocupa, pero no puedo no hacer lo que hago”, comenta Pato. Flor había dejado de ir unos días a la CAAC por miedo a contagiar a su mamá: “pero después me di cuenta que no puedo hacer eso porque a mí, mi partido me enseño otra cosa. Así que esta semana empecé a venir de vuelta todos los días”. Para Nico la situación no es muy distinta: “mi mama trabaja en la salita del barrio y me dice que no salga y que me cuide, pero yo salgo para ayudar al barrio. Porque tengo 16 años, siempre viví acá y siempre vi la pobreza y las necesidades que hay en el barrio y eso me da mucha bronca”.

Los miedos y las presiones no alcanzan para frenar a estxs pibxs que se levantan todos los días para cambiar la realidad que viven.

La pelea por el comité de emergencia

Desde el mes de marzo se viene empujando desde el PCR y su Juventud, cómo motor de la CCC  en el barrio, la constitución del comité de emergencia con la participación de todas las instituciones y organizaciones sociales. Viene siendo un recorrido donde nos reunimos compañeras de nuestros 3 comedores del barrio, grandes y jóvenes, al calor de la lectura del Semanario Hoy, y viendo cómo armarlo: “El primer día creo que participaron 20 organizaciones del barrio, la iglesia y el director de la salita. También invitamos al municipio. Nos preocupaba principalmente la salud y el hambre. Vimos que era necesario organizarnos y crear mejores condiciones desde ese momento para lo que se venía, porque sabíamos que ese era el principio de la pandemia y que en algún momento iba a llegar acá al barrio. Eso es lo que siempre hablábamos, prepararnos para lo que se viene”. Hoy Itati es uno de los principales focos de contagio del conurbado bonaerense.

En reuniones con el municipio, desde la CCC en Quilmes se había planteado la necesidad de los alimentos en los barrios y el municipio armó “Puntos solidarios” para retirar viandas, donde se logró que Anavi sea uno de ellos. Pero con el pasar de las semanas los alimentos que se mandaron no fueron dando abasto, en algunos casos también dejaron de llegar, y hoy falta mercadería para cocinar en los comedores del barrio. Después de lo que paso en Villa Azul, el aislamiento total del barrio por el crecimiento exponencial de los contagios, el municipio llamó a una reunión de todas las organizaciones con el secretario de salud. “En esa reunión participaron 17 organizaciones. La idea era armar un plan para ver cómo abordar el tema de salud en el barrio. Ahí pedimos el operativo Detectar, y las organizaciones nos dividimos distintos sectores del barrio; el primer día se hicieron 75 hisopados, y de esos, 20 dieron positivo, que se sumaron a los 7 positivos que ya había. Esos fueron los primeros 27 casos. Toda esa primer semana se trabajó con los relevamientos casa por casa y tuvimos una reunión de comité de emergencia donde participó la Intendenta Mayra Mendoza y funcionarios provinciales, se pudo plantear las necesidades y reclamos en relación a los alimentos, elementos de bioseguridad para las y los que estamos relevando casas, limpieza de los basurales, etc. “

La seguridad en manos de las y los vecinos

Otra preocupación es el rol de las fuerzas de seguridad. “Algunos vecinos pidieron que haya policía porque nosotros le podemos decir a los vecinos que no salgan, pero si hay algunos que se juntan a jugar al futbol por ejemplo, ¿cómo les decís? ese fue el planteo que hicieron algunos. Y bueno, ahora la policía se instaló en la canchita… eso también genera miedo”. Comentan que cada vez se ve más policía y empezó a circular el rumor de que iban a cerrar el barrio como Villa Azul:“recién a la noche dijeron que no iba a ser así, entonces con eso generan miedo, y es así todo el tiempo. Entre las organizaciones vamos apoyándonos, No necesitamos a la policia para ayudar a las familias aisladas, llevarles la comida, o para estar “mas seguros”.

Facu opina que “ A las familias que están aisladas les dan un bolsón de alimentos que dura dos días, no está alcanzando. Para nosotros es importante mantener la unidad y reclamar que bajen más mercadería”

Agrega Flor que es muy importante la unidad y el rol de las organizaciones sociales del barrio: “nosotros no solo damos comida, cumplimos un papel importante también en el cuidado, en el amor y en hacer que los vecinos sean parte y protagonistas. Venimos charlando ir eligiendo delegados por pasillo o por manzana, que eso vaya generando una organización que se pueda expresar en el comité de emergencia con todas las organizaciones que le vienen poniendo el lomo”. Otra cosa que hicieron fue impulsar las promotoras de prevención en violencia: “venia una compañera, hacíamos reuniones, muchas compañeras se sumaron, y armamos una red de mujeres para ayudar a las mujeres del barrio”.

Cuando proponemos sumarse para que se organicen para luchar  por cambiar la realidad, aparece un montón de gente que se quiere sumar, que quieren tener un espacio y un lugar desde donde luchar. En estas condiciones que uno diría es muy difícil, va apareciendo la solidaridad y las ganas de cambiar las cosas, un montón de gente que a pesar del miedo y las dificultades personales, quiere ponerse al servicio del pueblo. “Ayer vino Juan Carlos Alderete, y decía que muchas veces nos quieren hacer creer que los dueños de la política son los que están en el congreso y hablan lindo, él  por ejemplo es un compañero que no terminó la escuela, pero tiene un conocimiento profundo de su barrio y de la realidad del país. Nosotros peleamos eso, con los vecinos de este barrio, sumarlos al Partido para transformar la realidad. Esta es la oportunidad para abrir las puertas del Partido, su juventud y las CCC para que sean protagonistas ellos de transformar este barrio y la argentina”.

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