La violencia institucional de parte de las fuerzas policiales es un problema estructural y social, que no es de ahora. Situaciones similares a las que vemos en Estados Unidos con la comunidad afrodescendiente, también las vivimos en nuestro país.

El abuso de la policía en Argentina es conocido. El gatillo fácil fue alentado por el macrismo, como se vio ante el caso de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y las felicitaciones a Chocobar. En Argentina, desde que inició la cuarentena y el aislamiento obligatorio, hubo varios hechos de violencia de parte de la policía. Recientemente nos conmovieron y llenaron de bronca los casos sucedidos en Chaco y Tucumán.

Tucumán
Así fue el caso de Luis Espinoza, un trabajador rural, padre de 6 hijxs, que volvía de cobrar sus jornales con su hermano. Ambos fueron interceptados por la policía de Monteagudo, una localidad al sur de la provincia de Tucumán. Con la excusa de controlar y dispersar a las personas que estaban rompiendo la cuarentena y el aislamiento social y obligatorio, golpearon, detuvieron y secuestraron a Luis. Estuvo desaparecido casi una semana hasta que su cuerpo fue hallado en un precipicio de 150 metros en Andalgalá, provincia de Catamarca, el viernes 15 de mayo.

Dos de los policías detenidos confesaron el asesinato y que lo habían tirado por un precipicio para ocultar el cuerpo. Hasta ahora en el caso hay imputados 8 policías y un vigía municipal.

En la mira 2

Luís Espinoza, trabajador rural, desaparecido y asesinado por la policía de Tucumán.

Chaco
En la provincia de Chaco, el sábado 30 de mayo a la noche, la policía irrumpió violentamente en una vivienda de una familia qom en el barrio Banderas Argentinas de Fontana, para detener a siete jóvenes, también con la excusa de que no habían respetado el aislamiento social. Una vez detenidos en la comisaría, los discriminaron por ser originarios, los amenazaron de muerte, los torturaron, los golpearon salvajemente y abusaron a las dos mujeres.
Debemos repudiar estos hechos y exigir esclarecimiento y justicia por el asesinato de Luis Espinoza y reparación para los jóvenes qom, además de ser históricamente oprimidos, son los que están en peores condiciones para enfrentar la pandemia debido a la pobreza y hacinamiento al que los sometió una matriz productiva que concentró la tierra en poca manos y los expulsó del campo.
No vamos a permitir que, con el pretexto de cumplir con las necesarias medidas sanitarias necesarias para enfrentar la pandemia (como la cuarentena), se cometan hechos de represión, facistas y discriminatorios por parte de las fuerzas policiales y la política que aplican aquellos que son duros con los pobres y blandos con los poderosos.

En la mira 1

Jóvenes qom golpeados por la policía chaqueña.

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