El 18 de octubre del año pasado se inició un estallido social en Santiago de Chile que conmovió a toda Latinoamérica. Nada fue igual después de aquel día para el pueblo chileno. Hoy, a meses de esa lucha, la juventud de Chile continúa despierta, organizándose para tomar en sus manos las necesidades más urgentes y luchar por resolverlas. Compartimos una breve crónica acerca de la pelea de los secundarios por el ingreso libre a la universidad.

Chile nos recibió un viernes 24 de enero con una concentración en la plaza Dignidad (ex plaza Italia). Los gases lacrimógenos se hicieron presentes al igual que durante los 99 días continuos desde la movilización del 2019.

El estallido social es producto de un sistema económico y social en donde la educación y la salud, son un privilegio de pocos. El pueblo  enfrenta la represión del gobierno de Piñera, exigiendo dignidad, elaborando mecanismos como la “primera línea”, que consiste en grupos de gente que están en el foco de la represión  enfrentándose a los carabineros “pacos” y garantizando que el resto pueda manifestarse. Cualquiera puede sumarse a ser parte de la primera línea.

 Todas las luchas sociales, de todos los estratos, se unificaron en  un solo reclamo, y los secundarios son los que vienen encabezando el conflicto.

En Santiago, nos reunimos con compañeros de la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios) de Chile quienes nos contaron como llevan adelante la lucha.
Al estar las clases  paradas desde octubre, se vienen organizando en asambleas territoriales donde diferentes sectores populares, entre ellos los secundarios de esa zona, se encuentran para definir concentraciones, actividades y marchas.

La principal lucha de los estudiantes secundarios, y hoy tomada por el conjunto del pueblo, puso el centro en la PSU. La PSU es la Prueba de Selección Universitaria que rinden todos los secundarios al finalizar sus estudios. La misma se realiza en cuatro espacios: prácticas del lenguaje, matemáticas, historia y biología. El resultado de esta prueba es por puntos; estos puntos definen a que carrera y a que universidad podes entrar y a cual no. Son muy pocos los que acceden a las universidades administradas por el Estado, las cuales son buenas formadores de profesionales. A raíz de esta problemática surgen otras universidades, que al igual que las estatales son pagas, pero que no tienen el mismo nivel que las anteriores. Esto ocasiona que en el país haya dos tipos de profesionales.

Si accedes a la universidad se presenta un segundo problema que es el gran monto de dinero necesario para poder entrar a una carrera; algunas valen más y otras menos. Hay una gran corporación de prestamistas que se encarga de costearte la carrera pero esto implica que gran parte de tu vida trabajes para pagar ese préstamo. Existen algunas becas pero son pocas y con restricciones; por ejemplo para ser beneficiario de alguna no podes desaprobar más de 4 materias durante la carrera.

Sin embargo la mayoría de los estudiantes no logran aprobar la PSU dada la mala calidad educativa de los colegios secundarios, a pesar de que el sistema educativo tiene como objetivo que aprendas lo necesario para aprobar la PSU.

Desde la ACES organizaron un “boicot” a la prueba para evitar que los alumnos rindan el examen. La primera jornada se realizó el 6 y 7 de enero, con una gran participación de los jóvenes estudiantes a lo largo de Chile. Para el segundo proceso evaluativo, 26 y 27 de enero,  el gobierno sitio los liceos con carabineros bloqueando la entrada de muchos secundarios, sumado a la gravedad de crear puntos de evaluación falsos y cambiando a los estudiantes de sede para dificultar la organización por territorio, por localidad.

La lucha por que la universidad sea un espacio al que pueda acceder el conjunto del pueblo, volvió a florecer con el estallido social como una de principales reivindicaciones, junto con el sistema de jubilaciones, que es insuficiente para garantizar un nivel de vida digno luego de retirarse del mercado laboral.

El gobierno planteó un plebiscito para ver si el pueblo está de acuerdo con reformar la constitución, la cual está vigente desde la dictadura de Pinochet, postergando la resolución de las necesidades y reclamos de la gente. Hay dos postura sobre quienes van a redactar la nueva constitución: si lo hará el gobierno desde el Congreso  o si se garantizara una participación del 50% desde los movimientos sociales y un 50% desde el Congreso

Los compañeros plantean que la reforma de la constitución no es la salida de fondo pero de lograrse sería un gran paso para el pueblo chileno, y una conquista histórica que barra a esa vieja constitución.

Este viaje y encuentro nos hizo reflexionar acerca de las conquistas que hemos logrado en Argentina, entre ellas la de la universidad pública y gratuita, gracias a las luchas del pueblo. Tomamos la heroica rebelión del pueblo chileno como un faro para organizarnos y luchar por tener mejores condiciones de vida.

Ciro y Santi secundarios de la Juventud Comunista Revolucionaria.

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