Cuando se acerca el 6 de enero, los comunistas revolucionarios sentimos un gran orgullo, porque es el día del aniversario de nuestro partido: el Partido Comunista Revolucionario. Es una fecha especial en la cual festejamos y recordamos la historia de lucha del partido, que no es otra que la historia de lucha de la clase obrera y el pueblo en Argentina. Lxs más jóvenes, participamos de los brindis, y aprendemos de los aciertos y de los errores, escuchando las experiencias de los camaradas más grandes. Sin embargo, este es un aniversario especial y diferente: es el primero sin nuestro querido camarada Otto Vargas, quien fue el secretario general del Partido desde su fundación, hasta que falleció el 14 de febrero de 2019. Recordar la historia del partido, significa para nosotrxs también tener presente el recuerdo de Otto y reivindicar las banderas del marxismo-leninismo-maoísmo, por las que él luchó toda su vida como también muchos camaradas que dieron su vida y por lo cual hoy podemos sostener que el comunismo y el maoísmo existen en Argentina, porque existe el PCR. En esta nota hacemos un breve recorrido de las luchas más importantes en las cuales fuimos protagonistas.

Nace el PCR al calor de la lucha
Nuestro Partido hizo su aparición pública el 6 de enero de 1968, poniéndose al frente de las luchas contra la dictadura de Onganía. Surgimos frente a la traición de la dirección del Partido Comunista, reivindicando el camino de la lucha revolucionaria. Ante el asesinato del Che Guevara los fundadores del PCR realizaron la única manifestación solidaria con el comandante. Luego de la fundación del PCR, vinieron los años de las grandes puebladas: Correntinazo, Rosariazo, y el glorioso Cordobazo, que mostraron como planteaba el PCR, que la dictadura se asentaba sobre un polvorín de bronca popular. De ahí saldría la recuperación del Smata Córdoba, en un frente único encabezado por René Salamanca, y con la activa participación de nuestro Partido en Córdoba, dirigido por César Gody Álvarez. En 1972 adherimos al maoísmo. El PCR nació en tiempos de grandes combates obreros y populares en todo el mundo: la China que defendía el socialismo y llevaba adelante la revolución Cultural Proletaria con Mao Tsetung al frente, el Mayo Francés, la lucha contra la intervención imperialista yanqui en Vietnam, etc.
El PCR advirtió sobre el golpe de Estado que se avecinaba desde fines de 1974, luego de la muerte de Perón. Denunció que todos los imperialistas (yanquis, rusos, ingleses, entre otros) y las clases dominantes trabajaron para voltear el gobierno de Isabel de Perón y frenar el avance de las luchas de las mayorías, protagonizadas por la juventud. Nuestro Partido y la JCR tuvieron en esta lucha antigolpista mártires y presos políticos. Pasado el golpe fascista del 24 de marzo de 1976, nos quedamos en el país para organizar la resistencia a la dictadura. Mantuvimos en la clandestinidad nuestra prensa quincenal y los materiales de nuestro Comité Central.

En plena dictadura enfrentamos el intento de guerra con Chile, así como denunciamos la restauración capitalista en China. El 2 de abril de 1982 se recuperaron las Islas Malvinas. El PCR apoyó esta guerra justa de un país dependiente y con parte de su suelo colonizado. El pueblo que venía luchando contra la dictadura concentró su bronca contra el agresor inglés.
Tras la dictadura, fuimos parte de los trece paros generales que desenmascararon la política de Alfonsín. En 1985 nuestro Partido jugó un papel destacado en la ocupación de la planta de Ford en Pacheco contra los despidos, por parte de sus 4.500 obreros, que pusieron en marcha la producción. Sostuvimos la lucha por el juicio y castigo a los responsables del genocidio de la dictadura frente a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Fuimos motor de la organización de los Encuentros Nacionales de Mujeres, desde el primero en 1986.
Ya en la década del 90, nuestro partido impulsó y participó en grandes luchas como las del Santiagueñazo de 1996, lanzamos la consigna de un Argentinazo que imponga otra política y otro gobierno. Fueron años de grandes luchas contra la entrega menemista, luego contra De la Rúa, con importantes sucesos como Tartagal, Mosconi y los cortes de La Matanza, que desembocaron en el Argentinazo que volteó al gobierno de De la Rúa el 19 y 20 de diciembre de 2001.
Durante el kirchnerismo, encabezamos la rebelión agraria y federal de 2008, defendiendo los intereses de los trabajadores rurales y los pequeños y medianos campesinos. Protagonizamos la heroica lucha de los obreros de Terrabusi-Kraft en 2009, que marcó un camino para enfrentar la crisis, así como grandes luchas por tierra para vivir y trabajar, en todo el país.

Las luchas contra el macrismo
En estos años de gobierno macrista, estuvimos al frente de la pelea contra el hambre y la entrega. Desde la CCC impulsamos la unidad de los movimientos sociales, ayudando en la conformación de “los Cayetanos” que conquistaron importantes leyes de emergencia, y luego de un proceso esa unidad en las calles se plasmó también en lo electoral, y fuimos uno de los afluentes del Frente de Todos que derrotó a Macri en las recientes elecciones. Somos parte de los sectores obreros y populares que enfrentaron la reforma previsional macrista y frenaron la reforma laboral, en particular en la defensa del Astillero Río Santiago, al que quisieron privatizar. En estos años, nuestro Partido fue psrte del inmenso crecimiento del movimiento de mujeres, y participamos de grandes luchas en la salud y en la educación en todos sus niveles, con los pueblos y naciones los originarias, y motorizando luchas de campesinos pobres y medios en todo el país, como la Marcha de 170 km en el Chaco. Trabajamos para la confluencia de las luchas, y para que las mismas tengan una expresión política y electoral, acumulando fuerzas para una salida revolucionaria.
En un mundo en el que crecen las luchas de los pueblos oprimidos y también las disputas entre los imperialismos, sostenemos las tareas de la solidaridad internacional. Con ese orgullo reafirmamos nuestro compromiso de mantener el legado de Otto Vargas y redoblar el paso para avanzar en el camino de la revolución necesaria para resolver los problemas urgentes que viven la clase obrera y el pueblo. Una revolución que libere a la nación de la dependencia del imperialismo, termine con el latifundio a través de la reforma agraria y abra el camino al socialismo. Una revolución democrática-popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo.
