Hoy 1 de noviembre se cumplen 42 años del secuestro y desaparición de Manuel Guerra, primer secretario de organización de la Juventud Comunista Revolucionaria. En este nuevo aniversario levantamos las banderas por las que peleó, seguimos pidiendo juicio y castigo para sus secuestradores y torturadores y reafirmamos que ¡hasta la revolución no paramos!

¡Soy Manuel Guerra, me están secuestrando!

Fue la tarde del 1° de noviembre de 1977, en un bar de la Ciudad de Buenos Aires. Varios hombres vestidos de civil forcejeaban con un joven de 26 años. No era una pelea, ni un malentendido, lo querían agarrar. Les costó detenerlo, él se resistió. Armados y a los golpes lograron meterlo en un Taunus anaranjado. Al notar que un chico lo observaba, gritó: “soy Manuel Guerra, me están secuestrando”. Se lo llevaron en Pueyrredón y Las Heras, a plena luz del día.  Manuel fue un ejemplo de lucha clasista que se mantuvo firme en su convicción revolucionaria, incluso estando secuestrado.

Algo de su historia

El “Negro”, cómo le decían sus seres queridos nació el 12 de abril de 1951 en Ancapán, una villa obrera situada a 30 kilómetros de Frías, Santiago del Estero. Un papá minero, en las tierras de Fortabat, y una mamá originaria y costurera, fueron incubando su odio por las injusticias y la opresión.

Siendo adolescente se mudó a Córdoba en 1968 para terminar el colegio técnico. Se encontró allí con una ciudad movilizada, en la que obreros y estudiantes tomaban las calles por sus reivindicaciones y en repudio a la dictadura de Onganía. Fue parte de esos miles de jóvenes conmocionados por Vietnam, la revolución cubana, China, y el ejemplo valeroso del Che. Se sumó a la lucha, en las calles, y entendió que debía ser parte de la clase que encabezara la Revolución. Empezó a trabajar en un taller mecánico; se afilió al SMATA y al PCR y creció políticamente de la mano de René Salamanca y Gody Álvarez.

A fines de 1974 llegó a Buenos Aires a cumplir con una tarea importantísima: ayudar a armar la Juventud del PCR, y desde allí abordar las necesidades específicas de los jóvenes, dirigiéndolos en el camino de la liberación nacional y social. Portaba sólo una muda de ropa, junto a las ganas, el entusiasmo y la impronta obrera que la juventud del partido necesitaba. Tenía apenas 23 años.

Tuvo la posibilidad de conocer de cerca la experiencia de la Revolución China y trajo de allí grandes aprendizajes. Manuel fue el primer Secretario de Organización de la JCR y como buen hijo del Cordobazo, luchó sin pausa y con alegría por una sociedad libre de opresiones y explotación. Esa JCR se había pronunciado y movilizado contra cualquier golpe de estado, pro ruso o pro yanqui, que quisiera instalarse en nuestro país.

Cuando se lo llevaron, el Negro estaba trabajando en la huelga ferroviaría que finalmente de desató el 2 y 3 de noviembre del ´77, ejemplificando la resistencia frente a los embates de la dictadura. Cuando se lo llevaron, su hijo, Facundo, era apenas un bebé.

La dictadura atacó el corazón obrero de la JCR

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Durante todo 1975 arrecian los preparativos golpistas. El 27 de octubre de ese año fue secuestrado en Córdoba Luis Márquez, joven obrero de Transax, y miembro de la dirección nacional de la JCR.

Con el golpe de Estado el 24 de marzo de 1976 comenzaba la negra noche de la dictadura: miles de presos, secuestrados, asesinados. En aquel momento toda la energía de la JCR estaba puesta en organizar la resistencia contra la dictadura fascista. Eran épocas en las que se discutía, con Quebracho a la cabeza, sobre el comportamiento que debía tener un joven comunista si era detenido. “No dar ninguna información al enemigo a costa de la propia vida”, decía. El 2 de setiembre de 1976 fue secuestrado Miguel Magnarelli, joven obrero de Ford, en Escobar, también miembro de la dirección nacional de la JCR.

En el año 1977 cuando se intensificaba el terror y la represión cada vez más feroz, Quebracho se encontraba siguiendo a los compañeros ferroviarios del Ramal Sarmiento durante los meses de  septiembre y octubre de ese año. El 1º de noviembre lo secuestran. La dictadura atacaba el corazón obrero de la JCR: primero Luis, después Miguelito, y Quebracho.

42 años luchando por verdad y justicia

Recién en 1979, gracias a la búsqueda y recorrido de su compañera Teresita Castrillejos, quien logró contactar con un joven  que había sido testigo del secuestro, conocimos de qué manera los genocidas nos habían quitado al Negro. Ese joven y su familia habían presentado un hábeas corpus por Manuel, hecho que conoceríamos años después. Pasaron varios años más hasta que supimos, por el testimonio de un ex -detenido, que Quebracho estuvo en “El Atlético”, un Centro Clandestino de Detención (CCD) que fue demolido para construir una autopista, en los preparativos del mundial ´78. Llevamos 41años exigiendo juicio y castigo a todos los responsables del secuestro, desaparición y tortura de Manuel

Con su secuestro intentaron herir de muerte a nuestra juventud que había sido fundada 4 años antes por nuestro partido, el PCR. Hoy, 42 años después tenemos el orgullo de decir que no pudieron lograr su objetivo, porque somos miles los jóvenes que en toda la Argentina seguimos trabajando incansablemente todos los días para terminar con este sistema podrido que nos oprime y construir otro, donde la clase obrera, y el pueblo seamos los dueños y dueñas de los destinos de nuestra patria.

¡Querido Quebracho, hasta la victoria siempre!

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