Un día como hoy pero de 1945, se llevó a cabo una importante pueblada en la historia del movimiento obrero y popular argentino, que dio origen al movimiento peronista. En esta nota hacemos un breve recorrido histórico para entender el 17 de octubre y reafirmar el camino que señaló ese día, la clase obrera.

Por esos años, con el crecimiento industrial, se incorporaban a las fábricas miles de obreros rurales y campesinos pobres provenientes de las zonas más oprimidas de la Argentina y de países vecinos. La clase obrera crecía en organización y fuerza. Desde la secretaría de Trabajo y Previsión el coronel Perón fue estructurando una organización sindical fuerte. Perón levantó la bandera de la justicia social logrando que por decreto el gobierno de ese entonces, otorgara mejoras sociales a los trabajadores. Conquistas por las que el movimiento obrero había protagonizado heroicas luchas durante décadas.

En 1944 asumió la presidencia el general Farrell y Perón fue designado ministro de Guerra. Las disputas entre la burguesía nacional, que representaba Perón, y los sectores oligárquico-imperialistas se agudizaron. Estos buscaron desplazar a Perón, con el apoyo abierto del nuevo embajador de Estados Unidos, Spruille Braden. Los dirigentes de los partidos Radical, Conservador, Socialista, Demócrata Progresista y Comunista, junto a fuerzas gremiales, profesionales, universitarias, etc., convocaron a la “Marcha de la Constitución y la Libertad” reclamando la destitución de Perón.

El 8 de Octubre un comunicado oficial anunciaba la renuncia del coronel Perón a sus cargos de vicepresidente, ministro de Guerra, y secretario de Trabajo y Previsión. Entre los trabajadores se afirmó la conciencia de que la ofensiva contra Perón, y su posterior arresto, abrirían paso a un gobierno de los oligarcas, y con ello se perderían las conquistas sociales y salariales: el aguinaldo, la jubilación, los convenios colectivos de trabajo, las vacaciones pagas, la rebaja y congelación de los alquileres y arrendamientos, el Estatuto del Peón, etc.

Las aguas en la sociedad argentina pasaron a dividirse a favor o en contra de Perón. El 15 de octubre la Fotia declaró en Tucumán la huelga general. Esa misma noche hicieron lo mismo algunos sindicatos en Rosario, reclamando la libertad de Perón. Presionada por las bases obreras, el 16 de octubre la CGT declaró el paro general para el día 18, en defensa de las conquistas sociales, sin plantear la libertad de Perón. Pero los paros que realizaron algunos gremios, y la efervescencia popular existente lograron que una cantidad de sindicatos en el Gran Buenos Aires declararan por su cuenta la huelga general para el 17, pasando por encima de la dirección de la CGT.

La huelga y la puesta en movimiento de las masas proletarias se inició el 17 a primera hora. Columnas de trabajadores de Berisso y de Ensenada marcharon juntas a La Plata. Piquetes de obreros peronistas paralizaron los tranvías, apedreando el Jockey Club y la representación del diario oligárquico La Prensa. La huelga se generalizó. Desde La Plata, nutridos contingentes de obreros viajaron a Buenos Aires, juntándose en el acceso con los del frigorífico Anglo de Avellaneda. En los ferrocarriles el paro era casi total. Millares de personas, hombres, mujeres y niños se encolumnaban hacia Buenos Aires. A media mañana, las columnas obreras provenientes de Avellaneda, Lanús y Berisso marchaban hacia Plaza de Mayo cruzando por cualquier medio posible el Riachuelo, incluso nadando. A ellas se sumaban los trabajadores de las fábricas de la Boca, Barracas, Patricios y de barrios populares de zona oeste.

El aparato del Estado estaba partido; una parte del ejército y la policía apoyaba a Perón, otra parte quedó neutralizada y el sector antiperonista fue desbordado por la movilización obrera y popular. Entrada ya la noche, el coronel Perón debió ser liberado y presentado en los balcones de la Rosada ante una multitud que lo aclamaba. El presidente Farrell anunció la aceptación de los reclamos.

Un camino a reafirmar

La pueblada del 17 de octubre reafirmó el camino de las “puebladas”, el de la Revolución de Mayo de 1810 y el de las insurrecciones radicales de 1890. Camino reiniciado, en otras condiciones históricas, con el Cordobazo de mayo de 1969 y, luego con el Argentinazo del 19 y 20 de diciembre de 2001, y la rebelión agraria de 2008. Un camino por el que las masas proletarias y populares pueden recuperar sus conquistas históricas y avanzar hacia la revolución democrática, popular, agraria y antiimperialista, que asegure la liberación definitiva del pueblo y de la patria.

Los comunistas revolucionarios reivindicamos el protagonismo obrero y popular del 17 de octubre que se inscribe entre los grandes levantamientos en la historia de lucha de nuestro pueblo.
Alentamos a todos los compañeros y compañeras con quienes compartimos la lucha y hoy nos encontramos unidxs en el Frente de TOD☀S a reivindicar las tradiciones antioligárquicas y antimperialistas de aquellas jornadas, y derrotar la política de ajuste y entrega de Macri para una salida a favor de los explotados.

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