Julius Fucik, un gran periodista y escritor comunista, fue ejecutado el 8 de septiembre de 1943. En su homenaje, en el aniversario de su muerte, se celebra el Día Internacional del Periodista.

El 23 de Febrero de 1903 nacía en Praga (capital de la actual República Checa) el gran escritor y periodista comunista.
Hijo de un mecánico, vivió muchos años en Pilsen, una de las ciudades más proletarias de toda Checoslovaquia. Producto de la influencia de su tío compositor, se comienza a interesar por el teatro, la literatura y la escritura.
Se afilia a los 18 años al Partido Comunista y en 1929 pasa a ser corresponsal de «Rude Pravo» (periódico oficial del partido comunista de Checoslovaquia) pasando mucho tiempo en Moscú, donde escribe sus reportajes bajo el epígrafe «Desde la tierra donde el mañana ya es ayer».
En la década del 30’ sus escritos comienzan a ser muy famosos en los ambientes combativos de Praga, por su claridad y vehemencia al momento de denunciar los peligros que traía el fascismo. En 1938 conoce a quien será su compañera de vida hasta el final de sus días Augusta Kodeřicovou, llamada Gusta Fuciková.
Lucha antifascista.
En 1939 Hitler invade Checoslovaquia, desatando una feroz represión sobre los comunistas y los patriotas checos. Tras caer el Comité Central del PC, Fucik colaboró con su reconstitución y aseguró la publicación ilegal de su prensa. El Partido Comunista intensifica su trabajo y pasa a la clandestinidad. Fucik (incorporado al comité central en 1941) es el encargado de la redacción y difusión de varias proclamas, bajo el pseudónimo de “doctor Horak”. Lanzan los “Llamamientos Patrióticos”, publicaciones donde se informaba el curso de la guerra y la tergiversación de la misma por parte de los nazis, y se buscaba la unidad de las masas para derrotar al ejercito fascista. La Gestapo tenía como prioridad eliminar a Fucik y los redactores de los “llamamientos”.
Un ejemplo en la cárcel.
Junto con otros compañeros y camaradas es arrestado el 24 de Abril de 1942. Detenido en las peores condiciones en la cárcel de Pankrác, y sometido a continuas torturas, escribe su famoso “Reportaje al pie de la horca”. Un camarada checoslovaco, infiltrado como guardia cárcel, le fue suministrando lápiz y papel, sacando una por una las hojas de manera clandestina.
Reportaje al pie de la horca es una obra hermosa, donde relata desde su detención hasta sus últimos días en la cárcel. Un libro lleno de sentimiento, de pasión por la lucha, por el antifascismo, por la revolución, por la defensa de los valores más positivos del ser humano plasmados en la militancia comunista.
Fue ejecutado el 8 de septiembre de 1943, no llega a ver la victoria sobre los nazis, del glorioso Ejercito Rojo conducido por Stalin. En su homenaje, en el aniversario de su muerte, se celebra el Día Internacional del Periodista.
La firmeza de sus convicciones es la que lo llevó a sobrellevar la tortura con entereza y preocupación por sus camaradas detenidos. La misma firmeza que lo llevó a decir en camino a su ejecución: “Sé que seré condenado y que mi vida llega a su fin, pero también sé que hice lo que pude por nuestra victoria. Estoy seguro de que seremos los vencedores. Nosotros morimos, pero otros vendrán a continuar nuestra obra”.
Al pie de la horca
En 1945 su esposa recolecta los escritos de la cárcel y publica el “Reportaje…” que es traducido a 80 idiomas en todo el mundo. “Hemos vivido por la alegría, por la alegría hemos ido al combate y por la alegría morimos. Que la tristeza no sea unida nunca a nuestro nombre.”
En el juicio cuando le dan la palabra exclama: “Me hice comunista porque no podía ni quería resignarme a sufrir el régimen capitalista… ahora van a dictar su sentencia. Conozco su contenido. La muerte a ese hombre. Mi veredicto acerca de ustedes lo he dictado hace ya mucho tiempo, escrito con sangre de la gente honrada de todo el mundo: ¡Muera el fascismo, muera la esclavitud capitalista! ¡La vida al hombre! ¡El porvenir al comunismo!”.