Por cuarto año consecutivo nos volcamos a las calles, con la consigna #NiUnaMenos, reclamando al gobierno la Emergencia en Violencia contra las mujeres, basta de femicidios y se suma el reclamo de Aborto Legal a 10 días del tratamiento en el Congreso.

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Mariela Jaimez, una enfermera de la localidad de Las Perdices en la provincia de Córdoba, no llegó a trabajar el 2 de mayo. Sus compañeros llamaron a la casa, atendió el marido y les dijo: “no va a ir a trabajar porque la maté”. Carolina Aguerre tenía apenas 30 años, era psicóloga y vivía en la localidad misionera de Oberá. Fue asesinada a puñaladas por su marido. Yanina Olmos, 34 años y mamá de tres hijos, fue atacada a mediados de mayo por su ex quien, violando una restricción perimetral, le dio seis puñaladas con un cuchillo de cocina. Ella sobrevivió, lo había denunciado tres veces luego de soportar 10 años de golpes y maltrato.

En las historias de Mariela, Carolina y Yanina –sobreviviente- está la historia de cientas de miles de mujeres desamparadas por la desidia del Estado y de un gobierno que en más de dos años de gestión no tomó ninguna medida de fondo para frenar los femicidios. El mismo gobierno que a fines del 2017 dejó caer la media sanción de Ley de Emergencia en Violencia que se había votado en la Cámara de Sonadores.

Macri no quiere que se hable de “emergencia” en ningún plano, menos aún en el de la lucha contra la violencia en un contexto en el que el movimiento de mujeres no para de crecer. No quiere dar respuestas.

No hay “Ni Una Menos” sin aborto legal

Llegamos a este 3 de junio en un momento histórico. Apenas a 10 días de que la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo llegue a votación en el Congreso de la Nación. Años de lucha, 12 de Campaña Nacional por el aborto legal, y miles en las calles hicieron posible que lleguemos hasta acá. Por eso, este Ni Una Menos también iba a estar teñido de verde porque cuando hablamos de mujeres que mueren por abortos clandestinos, estamos hablando de femicidios de Estado.

Macri ya manifestó su oposición a la legalización del aborto afirmando que está “a favor de la vida”. Luego, se guardó a silencio. Si pensaba que esto podía servirle para tapar “otros problemas”, se equivocó. Algunos altos funcionarios, como la ministra Patricia Bullrich, adelantaron que están de acuerdo en “despenalizar” y que las mujeres no vayan presas por abortar. Esto permite pensar que una de las estrategias del gobierno es simplemente despenalizar, lo que sería un avance, pero no impediría los abortos clandestinos y las muertes de mujeres. Despenalizando, no se garantiza el acceso a la salud de las mujeres, ni nuestro derecho a decidir. Por eso, crece la lucha en cada rincón, se multiplican los “martes verdes” en cada rincón y el 13 de junio nos preparamos para hacer historia en el Congreso.

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