Venimos de escuchar a Macri decir que las universidades “hagan un esfuerzo para reducir el gasto público”. Como si no fuera suficiente el esfuerzo que hacemos para seguir avanzando en las carreras y no quedar afuera de las aulas: soportamos el aumento del boleto y las copias, alquileres y la mayoría de las veces laburamos para poder conseguir nuestro sueño de recibirnos. A nuestros docentes no les ofreció ningún aumento salarial y por eso van al paro.
Dismos generan y la necesidad de recibirnos que todos tenemos, el gobierno aprobó el Sistema Nacional de Reconocimiento Académico (SNRA). Se establece un sistema de créditos que recibimos al cursar tanto en públicas, como privadas y hasta en pasantías rentadas. Por lo tanto, dicen que podremos transitar por cualquier unidad académica e ir acumulando créditos al llegar a un total que nos permite obtener el título.
Este sistema lejos está de resolver los problemas que tenemos, tira para atrás con las conquistas del movimiento estudiantil que conquistó la Reforma Universitaria de 1918 y todas las posteriores: busca una Universidad para pocos y al servicio de la dependencia.
Viola la autonomía. Para poder tener créditos unificados tendrán que estandarizar todos los Planes de Estudios. Eliminando materias específicas y vaciando de contenidos. Esas reformas en los planes necesitan de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (coneau) la cual evaluará y acreditará las carreras de forma externa a las decisiones de la propia Facultad.
Destruye los cogobiernos y Centros de Estudiantes. Habrán estudiantes que puedan transitar por diferentes instituciones para acumular créditos y también se sumarán carreras que puedan ser dictadas en más de una Facultad (como ya hicieron con Turismo en Rosario, que se cursa en Economías y en Cs. Políticas). Entonces, los consejeros directivos y Centros de Estudiantes ¿A quién representan? Una vez aplicado van a avanzar por ir quitándole poder y eliminando nuestros órganos de representación.
Pagar para estudiar. Como ya viene pasando, los contenidos específicos que nos forman en áreas determinadas se pasarán a posgrados arancelados, que obviamente no todos podemos pagar. Por ejemplo, un ingeniero en agrónomo tendrá un título con habilidades básicas, igual al de todas las Facultades de Agronomía del país, pero tendrá que pagar para poder adquirir los conocimientos especializados en determinada producción: fruta, ganado, cítricos.
Flexibilización laboral, privados y tercerización. Se establece la inclusión de educación a distancia. Esto requiere recorte de personal docente y que implementen plataformas virtuales. Empresas del sector venderán esas plataformas a las Facultades. Un gran negocio para las empresas del sector de software y hardware.
Este sistemaestá enmarcado dentro de las metas del Plan Maestro, un proyecto de ley del gobierno nacional, que para la Educación Superior busca “trabajar en un sistema de educación técnico profesional que articule la matriz educativa
Con la matriz productiva”. En palabras sencillas, buscan que la Universidad y los profesionales que forma estemos adecuados a las necesidades e intereses de los que controlan nuestra actual matriz productiva: monopolios imperialistas y terratenientes. El presupuesto insuficiente del gobierno de Macri en las Universidades es una herramienta eficaz para ir condicionando la orientación a la que llevan la Educación.
El Plan Maestro y el SNRA, es todo lo opuesto a lo que venimos luchando desde 1918: Una universidad científica, popular y democrática. A la que puedan ingresar los hijos de los trabajadores que hoy no pueden ingresar, que forme profesionales críticos a través de Planes de Estudio que tomen contenidos en género, adicciones, la realidad de los pueblos originarios, que una vez recibidos podamos poner nuestro título al servicio de las necesidades de nuestro pueblo y la soberanía nacional.
La unidad es el camino
El pasado 16 de marzo se realizó en la universidad de la Plata un encuentro de agrupaciones estudiantiles en defensa de la Universidad Pública. Participaron 27 agrupaciones reunidas en la Facultad de Trabajo Social en torno a un programa estudiantil que expresa tanto la necesidad de defender la Universidad Pública del ataque del gobierno de Macri, cómo de avanzar en una nueva Reforma Universitaria.
Se definió empujar iniciativas de lucha en abril, mayo y junio para que el movimiento estudiantil se ponga de pie. El documento final consensuado por las organizaciones se propuso “homenajear la Reforma Universitaria de 1918 de la forma en que fue conquistada: con la más amplia unidad estudiantil” para frenar el “ajuste, la entrega, la represión, los ataques a la educación pública; peleando de esa forma por otro modelo de país y de Universidad.”