En 1961 Siria conquista su independencia de Francia, que la había sometido bajo su poder colonial durante 40 años. En 1970 Hafez al Assad instala una dictadura, que hoy es continuada por su hijo Bashar.
Hace 7 años, luego de la rebelión popular contra el dictador, se desarrolló una guerra civil en la que intervienen distintas potencias que ha provocado más de 500 mil muertes, millones de desplazados y migrantes.
En este contexto, también luchan por la independencia fuerzas rebeldes como la de los kurdos, con milicias de mujeres, que han sido clave en la caída del grupo terrorista ISIS.
El bombardeo de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, respaldado por Macri con el cínico pretexto de frenar el uso de bombas químicas en la región, es en realidad una disputa por dominio del mundo, contra otros imperialismos como Rusia y China.
Siria es crucial por el petróleo y para controlar la ruta de la energía.
Ante el creciente peligro de una nueva guerra mundial los pueblos y naciones oprimidas,
debemos unirnos contra las agresiones y las guerras imperialistas.
Repudiamos el reciente bombardeo a Siria y reafirmamos el derecho de autodeterminación de los pueblos y naciones.
El pueblo sirio es el que tiene que saldar cuentas con el dictador Bashar al Assad.
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