Juliana Monzón, de 18 años, es estudiante universitaria y milita en la Juventud Comunista Revolucionaria. La tarde del viernes 9 de Febrero recibió un llamado a su celular personal y una voz masculina con interferencias le dijo: «Déjense de joder o los vamos a matar a todos».

Juliana es hija de Oscar Monzón y Verónica Caliva, ambos compañeros fundadores de la Corrientes Clasista y Combativa (CCC) y dirigentes del Partico Comunista Revolucionario (PCR) y el Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP).

Ésta amenaza se da tras la realización del exitoso Plenario Nacional de Desocupados y Precarizados realizado el 2, 3 y 4 de febrero en la ciudad de Salta, donde participaron más de 2.000 delegadas y delegados de todo el país, en medio de un clima social y político marcado por la oleada de despidos y represiones que se desatan sobre los trabajadores y el pueblo. Ejemplo de ello fue la feroz represión contra los despedidos del Ingenio El Tabacal,  que mostró al mundo la violencia con que el poder económico y político trata a las familias de los obreros que dejaron sin trabajo.

No es la primera vez que militantes del PCR reciben amenazas en lo que va del Gobierno de Macri: el intento de asesinato a Julia Rosales, dirigente del partido de la Zona Norte de la Capital Federal, fue el punto más alto de violencia cuando en agosto del año pasado un desconocido la siguió hasta llegar a su domicilio en Vicente López  (Provincia de Bs. As.) y descargó cinco disparos de balas de plomo en su cuerpo. Julia pudo salvar su vida gracias a que se cubrió la cabeza con sus brazos y manos,  y a que ninguna bala llegó a tocar órganos vitales. Vale decir que, a pesar de numerosos reclamos, el hecho sigue sin esclarecerse.

Ante ésta situación la CCC y el PCR hacen responsable al Gobierno de Mauricio Macri y al del gobernador Juan Manuel Urtubey de ésta cobarde amenaza a Juliana, a su familia, y a sus compañeros y compañeras, y le exigen una investigación a fondo y castigo para los responsables.

 

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