El pasado miércoles 8 de noviembre, en el Partido de Escobar, en la Zona Norte de Buenos Aires se realizó un escrache en la puerta de la casa del genocida Luís Patti, en repudio a la decisión del juez Paulucci, quien le otorgó la prisión domiciliaria.

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Que las prisiones domiciliarias no se transformen en una libertad encubierta

Luis Abelardo Patti había sido condenado, el 14 de abril de 2011, a la pena de prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
El 22 de septiembre por decisión del juez del Tribunal Oral Federal de Rosario N°2, Omar Paulucci, pasó a prisión domiciliaria dentro de una casa ubicada en el barrio privado “Septiembre Country Club” de la localidad de Escobar, argumentando complicaciones en su salud.
Sin embargo, el cuadro de salud que presenta Patti puede tratarse adecuadamente en el Hospital Penitenciario de Ezeiza y a través de la Dirección de Sanidad del Servicio Penitenciario Federal, como lo venía haciendo.
El escrache tuvo una amplia unidad para repudiar al genocida de Patti con los HIJOS y demas organizaciónes de DDHH, sociales y políticas.

¿Que hizo Patti el 1º de Septiembre del ’76 cuando secuestraron a Miguel Magnarelli?

Luis Patti fue parte del terrorismo de Estado como miembro de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar. Era de los que le hicieron la “zona liberada” a las tropas que mandó Riveros, general a cargo de Campo de Mayo para el secuestro.
Miguel era obrero de Ford, secretario de la Juventud Comunista Revolucionaria de la Zona Norte del Gran Buenos Aires y miembro del Comité Central de la JCR.
Hasta el día de hoy continúan impunes los directivos de la empresa imperialista yanqui Ford, que colaboraron con los grupos de tareas de la dictadura videlista, confeccionando las listas de los obreros clasistas y antigolpistas, como continúa impune el general Riveros, así como los policías de la Bonaerense entre los que estaba el genocida y exintendente de Escobar.
También recordamos a Sofía Cardozo, obrera ceramista de la fábrica Lozadur, en Villa Adelina, miembro del Partido Comunista Revolucionario. Sofía tenía cinco hijos, fue llevada de su casa el 3 de noviembre de 1977.
Recordamos en la lucha a Miguel y Sofía el pasado miércoles y seguiremos levantando las banderas por la que ellos pelearon.
A 41 años después del último Golpe de Estado, el repudio a las garantías procesales a los genocidas, los homenajes a los caídos y las masivas movilizaciones por los Derechos Humanos, muestran las cosechas de las semillas de Memoria, Verdad y Justicia que no paran de sembrarse.

 

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