Del 14 a 16 de octubre, se desarrollará en Resistencia (Chaco) el 32 Encuentro Nacional de Mujeres. En esta nota te contamos por qué este es un evento único en el mundo y cuáles son los pilares que han permitido sostenerlo durante tantos años. A pocos días del Encuentro, vamos calentando los motores.
Difícilmente creyeran las mujeres que se propusieron en 1985 armar el primer Encuentro Nacional de Mujeres de Argentina la trascendencia que tendría la iniciativa. Menos aún el impacto que generaría en cada mujer que participa. Tampoco imaginarían aquellas mujeres que podrían sostenerse durante 32 años. Pero no hubo recetas mágicas, sino bases y principios que son el sustento de todo.
⇒ Origen. En 1985 un grupo de mujeres argentinas asistieron a un encuentro Internacional de Mujeres en Nairobi, Kenia. A su regreso, entusiasmadas con todo lo vivido en un país tan lejano decidieron que era momento de armar un encuentro propio, donde las mujeres del país pudieran tomar la palabra y debatir sobre los temas que les preocupaban. Organizan así el Primer Encuentro Nacional de Mujeres en el año 1986, en Buenos Aires, del que participaron alrededor de mil mujeres. Hoy se congregan cada año entre 50 y 70 mil.
⇒ Talleres. Los talleres son el corazón de los Encuentros. En estos participamos todas. Son democráticos y horizontales y pluralistas. Rompen con lo que nos acostumbran a ver, donde algunas hablan y otras solo escuchamos en silencio. Los talleres son soberanos, lo que se discute pertenece solo a las mujeres que participan del mismo. Tienen como modalidad el consenso, para garantizar que todas podamos expresarnos, no se vota. Cada taller tiene una coordinadora, que tiene la tarea de ordenar el debate y garantizar que todas las voces puedan escucharse. Nos permiten descubrir que no estamos solas, que podemos juntarnos para dejar de lado nuestros sufrimientos y cambiar la realidad de nuestro país.
⇒ Los Pilares. Existen criterios imprescindibles y acordados entre todas con el fin de garantizar que las mujeres a lo largo de cada año recorran el país, que el encuentro se sostenga en el tiempo, y que tenga masiva y creciente participación año tras año.
Autoconvocados. Cada año, en el lugar elegido como sede, se auto convocan todas las que lo deseen para conformar la Comisión Organizadora, desde donde participan a título individual. Hasta hoy, ningún gobierno ni organismo estatal, ningún partido político, sindicato u organización, fueron los convocantes del Encuentro, aunque hayan participado mujeres de todos esos sectores.
- Autónomos y autofinanciados. La decisión de las mujeres de crear un espacio independiente, va de la mano con NO aceptar ninguna contribución económica que implique condicionamientos. Comprobándose que nadie por fuera de la comisión organizadora pueda influir ni direccionar los Encuentros.
- Plurales. Implica la multiplicación de participantes que garantizan la abierta conformación de las comisiones organizadoras en cada lugar y a su vez la amplia participación sin restricciones de las mujeres.
- Democráticos y horizontales. Todas pueden hacer oír su voz. No existen estructuras jerárquicas ni “personalidades”: Ninguna tiene la palabra por encima de las otras. Los Encuentros no emiten resoluciones, sino conclusiones, propias de cada taller de debate y no del conjunto del encuentro.
- Federales. Refiere a la apertura de nuevos encuentros en TODAS las provincias del interior del país. Amplía no sólo la cantidad, sino también la calidad de la participación de las mujeres a lo largo y ancho del país.
¿Por qué no se vota? En el Encuentro todas las opiniones se confrontan para tratar de llegar a acuerdos, de no ser posible, todas las opiniones merecen tener su lugar en la redacción final del taller. Ya que la voz de la mujeres es invisibilizada todos los días y constantemente, aquí entendemos que ninguna mujer tiene que callar la voz de otra mujer. Y que todas las opiniones y posiciones ya sean mayoritarias o minoritarias deben verse reflejadas. Esto hace a la amplitud de los encuentros; la voz de una parte haría que ésa deje de participar por no verse representada, siendo lo más rico que nos aporta el encuentro ese intercambio de ideas entre mujeres tan distintas.