A diez años de su partida, recordamos a una militante comunista revolucionaria que dedicó sus últimos años de vida a la construcción en el movimiento de mujeres.
El 31 de julio de este año se cumplieron 10 años del fallecimiento de María Conti en un accidente de tránsito. Tenía apenas 55 años. Viajaba junto a su compañero de vida, Rafael Gigli, quien también falleció en aquel trágico segundo. El “Flaco” Ferré y “Josefina” como eran conocidos por sus camaradas, fueron dos destacados dirigentes revolucionarios. Al momento del accidente María integraba la Comisión de Mujeres del PCR.
Valentía, entrega y humildad
María se incorporó a la lucha desde su adolescencia. Militó en el movimiento estudiantil secundario en su querido Santa Fe natal.
Posteriormente fue parte del Partido que en Córdoba construyó Gody Alvarez. Fue él quien la envió a colaborar, junto con Norma Nassif, con el aparato técnico que organizó en 1971 el Segundo Congreso del PCR, en medio del rastrillaje de las fuerzas represivas de la dictadura.
Ya en aquellas épocas mostró, junto a su lucidez política, aquellos rasgos que la iban a distinguir a lo largo de su vida: su valentía y humildad, su entrega a la lucha revolucionaria, su serenidad y su sentido práctico en la resolución de los problemas.
Radicada posteriormente en Buenos Aires, fue por años miembro del frente de enlace y funcionamiento del Comité Central, para pasar luego al trabajo femenino por el cual actualmente hoy es reconocida.
Arraigar entre las más humildes
Protagonista fundamental en los Encuentros Nacionales de Mujeres, integrante de la dirección de Amas de Casa del País, su nombre quedará grabado por siempre también entre quienes impulsaron el movimiento por la libertad de Romina Tejerina. Movimiento que ha marcado una huella profunda en la lucha contra la doble opresión de la mujer en el país. Por ese rol destacada, por el cariño con que la recuerdan las compañeras de Jujuy es que hoy la Casa de la Mujer de San Pedro lleva su nombre; también la Casa de la Matanza. Asimismo, en abril de 2008 se realizó un homenaje en el INADI en el que se bautizó a uno de sus salones su nombre y se puso una placa conmemorativa.
María Conti impulsó y protagonizó distintas experiencias entre las mujeres por las cuales se hizo querida y reconocida. Su práctica política permitió el desarrollo de la línea específica en el abordaje de la problemática de la violencia contra las mujeres. Fue una de las mentoras de la idea de que era necesario luchar por la Emergencia Nacional en Violencia, pelea que un tenemos planteada.
También fue integrante de la escuela de Psicología Social Pichón Riviere. Así la recordó su directora, Ana Quiroga: “nada más lejano de María que la adustez o una visión trágica de la vida. Por el contrario esa visión esperanzada, que la hacía darse sin tregua en sus tareas, con apertura, con cariño, con humor, es lo que le dio potencia a sus ideales, lo que la hizo una mujer plena de ideas y de haceres”
Junto a su compañero, el Flaco Gigli, sembraron entre lo más oprimido, allí donde la necesidad, si se une a la rebeldía, hace crecer la esperanza revolucionaria. Sostuvieron, contra todos los embates, las ideas, pero también los principios que hicieron de la de los 70 una generación de revolucionarios.
Las contradicciones
Las contradicciones de clase y de género, expresadas en la doble opresión de las mujeres son de distinto carácter. La contradicción de clase es la principal, entendiendo como tal a la que enfrenta a las clases y sectores dominantes en la sociedad, con el pueblo en su conjunto. La de género es secundaria, pero se establece entre ellas una relación dialéctica y requiere esta última de un abordaje específico. Cuando una mujer es golpeada o abusada sexualmente requiere de una contención que no resuelve la política general solamente. Hace falta una política destinada a abordar ese tema en particular, una contención y un tratamiento específicos. Entendemos que en el momento en el que una mujer está siendo golpeada o abusada sexualmente, esto pasa a ser la contradicción principal a resolver en ese momento concreto. (Extractos del artículo publicado en revista Política y Teoría Nº 57, con la firma de Josefina Rincón).