SOBRE LA NOTA DE LANATA AL “POLAQUITO”
El domingo 16 de julio el programa Periodismo para todos (PPT), que conduce Jorge Lanata por la señal de Canal Trece del grupo Clarín, presentó un informe sobre “el Polaquito” un niño de 11 años que supuestamente habría confesado frente a las cámaras que lo “entrevistaban casualmente” un asesinato, intentos de homicidio, robos y otros delitos. Decimos supuestamente por que la organización a la que pertenece el niño y su madre, el Movimiento de Trabajadores Excluidos, presentó una denuncia por violación a los derechos del niño, abuso infantil y secuestro por parte de la policía, el secretario de seguridad de Lanus Diego Kravetz y la producción del programa de Lanata. El referente de la CTEP, Juan Grabois tuvo un cruce radial muy picante con Lanata donde dejó en evidencia la perversidad y pestilencia de esta operación mediática y la impunidad con la que se manejan estos pulpos mediáticos alineados con el gobierno nacional para ir generando las condiciones para criminalizar a los jóvenes y avanzar con leyes represivas, desde ya queda claro que bancamos con todo la posición de Grabois que puso en su lugar a este “showman” del periodismo caníbal.
El comunicado del MTE expresa que el niño “tiene una vida difícil, signada por la pobreza y conflictos con la ley, pero en ningún caso participó en hechos en los que hubiera portación de armas, se produjeran lesiones y mucho menos homicidios. Su relato es en gran medida una fabulación inducida por los entrevistadores que explotaron a sabiendas la vulnerabilidad y los problemas psicológicos que el niño padece con el propósito evidente de hacer uso de su imagen como ´producto audiovisual´ sensacionalista para su difusión en medios comerciales y posiblemente para justificar las reiteradas y crecientes actuaciones abusivas de las fuerzas de seguridad hacia los niños y la población socialmente vulnerable”.
El gobierno de Macri tiene un plan: profundizar la dependencia y la extranjerización, la concentración de las riquezas y el endeudamiento, también bajar los costos laborales y meter la flexibilización, este plan no cierra sin ajuste y el ajuste no cierra sin represión. Pero también están trabajando muy fuerte sobre el plano simbólico, ideológico y cultural, fueron varias las señales que afirmaron que vienen por un cambio cultural. Posterior al Argentinazo del 2001 se evidenció desde abajo un empuje obrero y popular de cambio cultural en relación a la unidad latinoamericana, los derechos humanos, la preocupación sobre la agresión a la naturaleza, la dignidad en barrios populares y villas con cooperativas y murgas, el rol de la mujer en la sociedad y el valor de los propio frente a la oleada privatizadora y anti-obrera post caída del muro de Berlín. El macrismo quiere cerrar esto, ponerle fin, la “Revolución de la alegría” y los globitos amarrillos esconden otra cosa: el 9 de julio a 200 años de nuestra independencia invita a su “querido” rey de España para decirle que nuestros patriotas “deberían sentir angustia de separarse de España”, invitó a Obama el 24 de marzo en el 40 aniversario del golpe genocida, desconoció la cifra de los desaparecidos, aduce que las extraordinarias movilizaciones de marzo-abril de este año fueron motivadas por “choris y micros”. Estos últimos meses tres hechos grafican esta ofensiva simbólica-antipopular: el ataque mediático que recibieron los docentes culpándolos del deterioro de la educación (deterioro planificado por las clases dominantes durante décadas), culpar a las comisiones internas de izquierda por el cierre de fábricas y, ahora, con la entrevista al polaquito culpan a las organizaciones sociales de la situación de nuestros niños y jóvenes, perversidad absoluta que no hay que subestimar. La lucha política, la lucha social y la lucha económica, la debemos integrar también a la lucha simbólica e ideológica, quieren imponer un sentido común hegemónico que genere consenso social para hacer pasar su plan represivo, la industria cultural a la que pertenece Lanata más que periodismo es basura ideológica para mantener el control social y perpetuar la desigualdad.
La entrevista se aprovechaba de las fabulaciones de un niño, coaccionado a decir lo que dijo, para sostener la campaña oficialista para bajar la edad de la imputabilidad. Quieren criminalizar a los niños y jóvenes, sin hacerse cargo de que el origen de los delitos tiene raíces de exclusión socio-económicas de las que ellos son responsables directos con el avance de la pobreza, el narcotráfico y el delito organizado que tiene a los funcionarios, el poder policial y judicial a la cabeza.
Las estadísticas desmienten el relato, ya que es bajísimo el porcentaje de menores implicados en delitos, por más que el tratamiento mediático refuerce la idea de presentar a los menores de edad como el centro de los problemas de la seguridad. Un informe del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires estableció que sobre 175 homicidios registrados en 2015 sólo 1 caso fue cometido por un menor de 16 años, mientras que 10 casos fueron atribuidos a adolescentes entre 16 y 18 años, el 3,8% del total (Ámbito, 18/2/17). La estadística que no quieren mostrar es la publicó el CIPPES, donde afirma que el 46,04% de los chicos de 0 a 17 años, viven en la pobreza y el 10,07% son indigentes. La política del anterior gobierno no resolvió la pobreza estructural, dejando 12 millones de pobres, el macrismo en casi dos años llevó esta cifra a 14 millones.
Por eso nuestra juventud debe ponerse a la cabeza de la lucha contra la criminalización de los jóvenes, contra el gatillo fácil que se cobró recientemente al vida de Cristina Toledo, un joven trabajador de 22 años, para gritar bien fuerte NO A LA BAJA A LA EDAD DE LA IMPUTABILIDAD y empujar con prepotencia el movimiento NI UN PIBE MENOS POR LA DROGA que es la experiencia más avanzada en la lucha por los derechos de los niños y los jóvenes. Por todo esto exigimos: políticas de prevención en adicciones, capacitación laboral, deporte y centros culturales, creación centros preventivos y comunitarios contra las adicciones. Hoy más que nunca, debemos unir fuerzas para frenar esta política.
Escribe: Matías, JCR Mar del Plata
El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de quienes lo utilizan. Si ustedes, guevaristas, tuvieran el poder, lo ejercerían de manera totalitaria como sucedió en Cuba, en la URSS y en Venezuela. La dictadura del proletariado es un simple cambio de cabezas. Cambio de dictadores. Si Vargas tuviera el poder sería igual o peor que Macri (en nombre del pueblo, eso si)
Ahí está. Mi comentario está pendiente de moderación. Quiere decir que el debate se produce solo si quieren quienes manejan el periodico. Imaginémosno si gobernaran un paìs. Solo hablan los que ellos quieren que hablen. Ya lo hizo Cristina.